Valoración

Estoy entendiendo mejor el por qué del dicho "hay que valorar lo que se tiene".


El miércoles fuimos con mi amiga G a nuestra segunda experiencia solidaria, esta vez con contacto directo con la gente que lo necesita.


Salimos con la gente de una asociación solidaria muy conocida (y que realmente resultaron ser gente muy seria y muy comprometida) a recorrer las calles del centro para acompañar y tratar de dar una mano a la gente que vive en la calle.


Íbamos con termos con agua y copa caliente, galletitas, en algunos casos ropa de abrigo y frazadas, y ganas de ayudar en lo que se pueda.


Sinceramente, al principio no tomé conciencia de lo que estaba viendo. Como íbamos en grupos, charlando y debatiendo sobre cuál era el mejor recorrido, etc., tardé en tomar conciencia de lo que estaba viendo.


Nos encontramos con realidades muy duras.


Tuve la suerte de hablar con gente muy amena, que no tenía problemas en compartir sus historias de vida, y que a pesar de que partía mucho el alma, no se sentía mal ni pedía lástima de nadie.


Lo que más me impresionó fue la naturalidad con la situación de calle. Nosotros tratábamos de tomarlo así también, ya que no podemos hacer más que alivianarles la carga, pero no tenemos recursos para sacarlos de ahí.


No notamos el frío terrible que hacía, ni el cansancio, fue realmente una experiencia muy enriquecedora, conocer gente nueva y darle una palabra de aliento o una ayuda a alguien a quien la mayoría ignora el resto del día, es algo que se agradece mucho.


Me volví a casa pensando en que me traería a toda esa gente a vivir a casa, les llevaría a todos ropa de abrigo, les daría una comida caliente, los ayudaría a salir adelante.


Finalmente, cuando me puse el pijama, me acosté en mi cama, me tapé con mi acolchado, todo en mi habitación calefaccionada, suspiré y dije "que afortunada soy, tengo muchísimo".





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