Lunes diferentes
Los lunes son días difíciles para todos. Yo en general los lunes no tengo pilas, y me cuesta meterme en cualquier actividad que tenga que hacer, salvo fiaca un feriado o similar.
Por lo tanto, en general, trato de no agendarme nada para los lunes (léase depilación, médico, análisis clínicos, etc.) porque no funciono.
Entonces mis lunes terminaban siendo una oda a la improductividad.
Este año, cuando retomé las actividades con Red Solidaria, pensé que sería mejor agendarlo para los lunes (y no para los miércoles como el año pasado).
Le dije a mi amiga G: "anotémonos para el lunes, así los lunes tienen algo bueno al menos".
Mis lunes cambiaron drásticamente.
Ahora los lunes tengo oportunidad no sólo de compartir el tiempo con otros voluntarios (gente interesante si la hay), sino que tengo la posibilidad de hablar con gente que aunque esté en una situación desventurada, es muy amable y agradecida.
No pienso que tengo la posibilidad de ayudar, porque no creo que lo que yo haga les pueda cambiar la vida o similar, pero sí estoy convencida de que al menos llevamos un poco de confort (aunque escaso), y de atención a personas que son ignoradas durante todo el día.
La gente que vive en la calle, o que cartonea, es ignorada por muchas personas al día. Entonces cuando uno se acerca a ofrecer algo tan mínimo como una sopa, lo que más se valora es la charla. El mirarlos a los ojos, preguntarle cómo está la noche, si están bien, si necesitan algo, y si quieren un pan para acompañar la sopa.
Mucha gente piensa que es una tarea milagrosa, digna de aplauso, orgullo, etc., pero es algo tan simple que a veces cuesta darnos cuenta.
Estas experiencias a mí me han servido para estar más al tanto de la situación social en la ciudad, y como yo digo, me han dado argumentos para discutir de políticas sociales con gente que sabe y gente que no sabe tanto.
También me han servido para conocer voluntarios que no creen que todo está perdido y que no se puede hacer nada.
Y para darle productividad a mis lunes.
Saludos y feliz martes.
Por lo tanto, en general, trato de no agendarme nada para los lunes (léase depilación, médico, análisis clínicos, etc.) porque no funciono.
Entonces mis lunes terminaban siendo una oda a la improductividad.
Este año, cuando retomé las actividades con Red Solidaria, pensé que sería mejor agendarlo para los lunes (y no para los miércoles como el año pasado).
Le dije a mi amiga G: "anotémonos para el lunes, así los lunes tienen algo bueno al menos".
Mis lunes cambiaron drásticamente.
Ahora los lunes tengo oportunidad no sólo de compartir el tiempo con otros voluntarios (gente interesante si la hay), sino que tengo la posibilidad de hablar con gente que aunque esté en una situación desventurada, es muy amable y agradecida.
No pienso que tengo la posibilidad de ayudar, porque no creo que lo que yo haga les pueda cambiar la vida o similar, pero sí estoy convencida de que al menos llevamos un poco de confort (aunque escaso), y de atención a personas que son ignoradas durante todo el día.
La gente que vive en la calle, o que cartonea, es ignorada por muchas personas al día. Entonces cuando uno se acerca a ofrecer algo tan mínimo como una sopa, lo que más se valora es la charla. El mirarlos a los ojos, preguntarle cómo está la noche, si están bien, si necesitan algo, y si quieren un pan para acompañar la sopa.
Mucha gente piensa que es una tarea milagrosa, digna de aplauso, orgullo, etc., pero es algo tan simple que a veces cuesta darnos cuenta.
Estas experiencias a mí me han servido para estar más al tanto de la situación social en la ciudad, y como yo digo, me han dado argumentos para discutir de políticas sociales con gente que sabe y gente que no sabe tanto.
También me han servido para conocer voluntarios que no creen que todo está perdido y que no se puede hacer nada.
Y para darle productividad a mis lunes.
Saludos y feliz martes.
Comments
BESOS, MELI
Besos!