Bienvenidos al tren!



Una de las mejores cosas del cambio de trabajo fue el cambio de medio de transporte. Atrás quedaron los días de viajes húmedos y multitudinarios en la línea D en hora pico. Ahora viajo en tren.

No en cualquier tren, en el Mitre (porque convengamos que el Roca por ejemplo no es mejor que la línea D).

Es un buen tren. En general no tiene retrasos (por favor que esto no me lo engualiche para mañana), viene moderadamente lleno, tiene vidrios en las ventanas, y nadie viaja en el techo.

También suma que desde casa son sólo dos estaciones a Retiro, y que últimamente ando muy optimista.


Ni hablar de la nostalgia que me producen los asientos y las ventanas, que me recuerdan al Urquiza, cuando viajaba con mi abuela a por la Mesopotamia y ella me contaba anécdotas de mi abuelo Vicente que era maquinista.

Sobre todo la estación de Retiro, con sus ventanales gigantes y su arquitectura tan hermosa, todo eso me recuerda a las fotos que veía en las revistas de La Fraternidad que mi abuela guardaba de recuerdo de mi abuelo.

El tren siempre fue muy importante en mi familia, en la que todos los hombres trabajaban en el ferrocarril, todos los mismos que se quedaron sin laburo cuando se privatizaron.

Bueno, dejando de lado la parte que me siento Gabo escribiendo 100 años...


El primer día ya viajé sentada, un placer que no volvió a repetirse, pero viajo bien, voy leyendo y escuchando radio (ambas cosas imposibles en el subte), y cada tanto me levanto viendo el lado bueno de la vida y hasta me siento en París! (extremadamente optimista ya se).

A la vuelta me lo tomo en Retiro, y a pesar de que el primer día me tomé el que iba a Tigre (boluda total), en general viajo sentada y me siento re importante corriendo por el andén cuando veo que está por salir y el guarda toca el silbato (por no decir el pito).

Siento que finalmente formo parte de la cultura porteña/bonaerense. Me tomo el tren, trabajo en retiro, puedo usar la frase "cuando llegué a la estación..." cosas que antes sólo quedaban reservadas para otra gente, y de las que ahora soy parte.

Todo en el mismo año en el que voto como ciudadana porteña, y encima voto en dos meses lo que no voté en toda mi vida electoral (a causa de la desidia en realizar el cambio de domicilio debo reconocer).

Siento que soy un cliché! jaja

Pero bueno, me gusta ser parte.

Saludos y hasta cualquier momento.

Comments

LUCILA said…
Yo tambien tomo ese tren, pero el de TIGRE. Voy de Vicente Lopez a Retiro. Esta bueno ese tren. Trabajo en Plaza San Martin, estaremos cerca? Podemos hacer un almuerzo eh! Beso
Anonymous said…
Claro que estamos cerca! Yo trabajo el las torres que dan a madero atrás del Sheraton!
Sale almuerzo blogger!
Che podes creer que acabo de escuchar que el Mitre esta con demoras? Lo engualiché definitivamente!
Maru said…
Adoro los trenes! y a mi me hacen acordar a mi abuelo, que laburó toda su vida en el ferrocarril,se jubiló como jefe de estación. Creo que de los mas lindos recuerdos de cuando era chiquita es la estación, los trenes, los andenes...beso!
Ayloviu said…
Muchas hemos tenido pasado de trenes jaja ahora no lo tomo, pero reconozco que tuve epocas que lo usaba para ir a todos lados.
Me dan mucha melancolia porque me recuerdan a tiempo atras.
Hermoso tu post. Beso enorme! vanis
La Catalina said…
Mis cinco años de facultad viajé de punta a punta todos los días de mi vida en el Mitre. Con sus idas y vueltas (valga la metáfora), viajar en tren, más si vas sentadita, es uno de los placeres más grossos de la vida, al menos para mí.

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