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Cual blogger ocupada (como Perica por ejemplo), me hago la lady y posteo solo una vez por semana, y para más detalles el domingo a la noche (acabo de darme cuenta de que no es domingo sino lunes feriado).

Estuve toda la semana con cuestionamientos filosóficos, como para variar. No sabía como descargarme, el twitter no es a veces de lo más comunicativo, y el facebook es muy público. Entonces me acordé de mi blog, que tantas veces mi aguantó con mis cuestionamientos y crisis y que nació más que nada para eso.

Para descargar.

A pesar de los cuestionamientos, estuve ocupada toda la semana, y marido llegó el sábado después de una semana y media afuera. Entonces llegó este momento y acá estoy.

Todo surge con los cambios de ritmo, los alejamientos involuntarios, los cambios de vida, etc. Con mis amigas, las que fueron tan cercanas en la cotidianedad y hoy no están tan cerca, juntas y de vacaciones, marido de viaje, mi hermano en Concordia y el resto de mi gente ocupada en otras cosas.

Entonces me di cuenta de que estoy en un punto de transición entre dos edades. No somos tan pendejos como para salir de joda y juntarnos todo el tiempo, ni tan viejos como para quedarnos en casa como octogenarios. Igual yo creo que los demás son en general más octogenarios que yo, eso que yo lo soy bastante.

También me pica el tema de los viajes.

Marido viajada todo el tiempo por trabajo, y mis amigas se van en noviembre a recorrer el mundo. He ahí el quid de la cuestión.

Me encantaría viajar y recorrer el mundo, pero no abandonando mi vida y lo que hago. O sea, quiero tener ambos mundos, pero no se puede. Me angustio cuando pienso en los lugares que no voy a conocer, las fotos que no voy a sacar, y la gente que no voy a conocer. Pero después pienso que tampoco quiero colgar mi carrera, ni el estilo de vida que llevo, que al fin y al cabo me gusta.

En realidad, me encanta mi vida. Me encanta mi trabajo, la vida que llevamos con marido, las cosas que hago, la ciudad en la que vivo, y la posibilidad de también viajar cada tanto.

Entonces me di cuenta (y finalmente dejé de tratar de convencerme), de que no tengo que salir a recorrer el mundo para encontrar lo que quiero, porque ya lo encontré!

Y así terminé mis cuestionamientos, mi semana y mi angustia. Me hubiese encantado irme a esquiar con mis amigas, pero también me encantó hacer el trabajo que hice esta semana, pasar el finde en casa con marido y salir a tomar algo en Cañitas un sábado a la noche.

Será así? Volveré a cuestionarme?

Creo que sí, es mi esencia autocuestionarme diariamente.

Saludos y buena semana corta.