Implantada

Un poco para dejar de postergar cosas y otro poco para ponerme en acción como dice Marina, hace unas semanas fui a hacerme el control anual odontológico.

El control salió genial, salvo que me recomendó hacer interconsulta con un cirujano para llenar ese lugarcito que había dejado mi muela extraída hace más de 5 años.

Fui a pedir el turno muy confiada, y me dieron turno para la misma semana. Algo que pasa cada 72 años, como el cometa Halley.

La consulta con el cirujano fue muy rápida y concisa, "hay que hacer implante, pensalo y lo hablamos". Salí, me asusté con el presupuesto (fucking SM que no cubre un carajo), lo pensé dos minutos y volví a entrar.

"Lo voy a hacer", dije segura.

Pasaron dos semanas, entre que me hice los análisis y saqué turno y allá fui hoy. Salí a las 17 del trabajo y todo. Una super producción.

Llegué con todo el miedo al pinchazo, y cuando entro al consultorio el cirujano me esperaba con la jeringa en la mano, "Feo recibimiento" le digo. Igual él es un genio muy tranquilo que me fue pinchando lentamente, aunque no menos dolorosamente.

Me dejaron en el consultorio sola unos minutos mientras se me dormía la boca y yo pensaba "por que no me tomé unas valerianas".

Mi peor miedo era la duración del procedimiento y cómo iba a hacer para dejar mi lengua quieta y no pelearme con el coso que te chupa la saliva (mi mayor problema en los tratamientos odontológicos).

Todo cambió cuando vino una chica y me dijo: "Vamos al quirófano".

Mama mía! No me esperaba todo esto. Nervios mientras cruzaba la sala de espera y todos me miraban porque iba con la boca gorda (yo pensaba que se me veía así) y el baberito.

Era la imagen  ideal para que los nenes en la sala entendieran que pasa por no controlarte anualmente.

Llegamos al quirófano (que no era más que otro consultorio igual), y encuentro al cirujano con otra chica más, todos de bata y con barbijos. Más miedo.

Me taparon con una especie de capucha que sólo dejaba afuera mis ojos nariz y boca, y me pintaron alrededor de la boca con Pervinox.

Era oficialmente una cirugía.

Al final fue muy poco grave, una de las chicas se dedicaba a succionarme la saliva con una mano y con la otra sostenerme el labio para que no cierre en medio del procedimiento. Me solucionó dos problemas de un plumazo. De vez en cuando me corría un poco la lengua para que no moleste.

El peor miedo pasó cuando el cirujano probó a ver si la anestesia había tomado, antes de encarar con el bisturí.

Así que ahí estuve, mirando de reojo los instrumentos que metía en mi boca, y tratando de concentrarme en el atardecer que se veía por los ventanales y pensando en el momento que me tomaría el taxi para venir a casa.

Al final salí en menos de una hora de la clínica, y salió todo bien.

Llegué me empastillé y me acosté a ver tele.

Cuando me saqué la gasita vi los puntos perfectamente alineados.

Creo que todo me sorprendió más porque no lo pensé tanto, ni tiempo de guglearlo tuve.

Me hubiese gustado sacar una foto del momento en que mi carne y mi hueso estaban abiertos, pero no me dejaron entrar con la BB al quirófano...

Saludos