Yo bailarina
Creo que es la edad, pero me he puesto a recordar las cosas que hice a lo largo de mi (corta) vida.
Entre ellas cuando estudiaba danza.
Cuando tenía unos 7 años empecé con la idea de estudiar danza, aunque no sé si fue idea mía o me la fue metiendo mi abuela. Desde un primer momento mi papá se opuso, diciendo que yo era "muy alta para ser bailarina", o sea el tipo me frustró de entrada.
Igual mi abuela se puso firme y dijo que ella pagaba las clases.
Empecé estudiando jazz (porque seguíamos con la idea de que era muy alta para el clásico), en una academia de mi barrio. Después me cambié al instituto más importante (en ese momento casi el único) de Concordia, el cual hoy sigue siendo el más importante y reconocido en toda la provincia.
Me gustó tanto, por no decir que me destaqué (porque soy humilde), que terminé participando en toda obra, festival y/o fiesta que había.
Hasta me fui a New York a tomar clases a un estudio muy famoso llamado Steps y otros dos que no recuerdo ahora. Allá tomé mis primeras clases de tap, y cuando volvimos empecé a estudiar tap también.
Todo eso llevó a que pasara muchas horas de mi vida ensayando, viajando, hasta incluso pasar fines de semana enteros encerrada en un teatro actuando en tres funciones diarias de comedias musicales, etc.
Me gustaba.
Creo que es de las cosas que más me ha gustado en la vida, bailar. Todo lo demás, la exigencia, la falta de tiempo libre, las clases y hasta los dos profesorados que rendí y aprobé, no me gustaba tanto.
El mejor recuerdo que tengo es de un grupo de tap que eramos muchísimos y habíamos aprendido una coreografía que duraba 7 minutos (recuerdo exacto el tiempo porque era muchísimo). Nos encantaba esa coreografía, y era tan enérgica y divertida que aunque era muy exigente la hacíamos con tantas ganas que a nadie le importaba lo que durara.
Me gustaban los escenarios, y los vestuarios. Nos divertíamos muchísimo, nos pintábamos nos vestíamos y la pasábamos tan bien.
Me quedaron muchas amigas muy queridas de ésas épocas.
A veces me dan ganas de volver a bailar. Lo más raro es que desde que terminé y me vine a estudiar acá, no volví a bailar nunca más.
Creo que me lo estoy reservando para cuando realmente necesite devolverle la alegría a mi vida.
Entre ellas cuando estudiaba danza.
Cuando tenía unos 7 años empecé con la idea de estudiar danza, aunque no sé si fue idea mía o me la fue metiendo mi abuela. Desde un primer momento mi papá se opuso, diciendo que yo era "muy alta para ser bailarina", o sea el tipo me frustró de entrada.
Igual mi abuela se puso firme y dijo que ella pagaba las clases.
Empecé estudiando jazz (porque seguíamos con la idea de que era muy alta para el clásico), en una academia de mi barrio. Después me cambié al instituto más importante (en ese momento casi el único) de Concordia, el cual hoy sigue siendo el más importante y reconocido en toda la provincia.
Me gustó tanto, por no decir que me destaqué (porque soy humilde), que terminé participando en toda obra, festival y/o fiesta que había.
Hasta me fui a New York a tomar clases a un estudio muy famoso llamado Steps y otros dos que no recuerdo ahora. Allá tomé mis primeras clases de tap, y cuando volvimos empecé a estudiar tap también.
Todo eso llevó a que pasara muchas horas de mi vida ensayando, viajando, hasta incluso pasar fines de semana enteros encerrada en un teatro actuando en tres funciones diarias de comedias musicales, etc.
Me gustaba.
Con mi grupo de Tap
(Ni en pedo les digo quien soy yo)
Creo que es de las cosas que más me ha gustado en la vida, bailar. Todo lo demás, la exigencia, la falta de tiempo libre, las clases y hasta los dos profesorados que rendí y aprobé, no me gustaba tanto.
El mejor recuerdo que tengo es de un grupo de tap que eramos muchísimos y habíamos aprendido una coreografía que duraba 7 minutos (recuerdo exacto el tiempo porque era muchísimo). Nos encantaba esa coreografía, y era tan enérgica y divertida que aunque era muy exigente la hacíamos con tantas ganas que a nadie le importaba lo que durara.
Me gustaban los escenarios, y los vestuarios. Nos divertíamos muchísimo, nos pintábamos nos vestíamos y la pasábamos tan bien.
Me quedaron muchas amigas muy queridas de ésas épocas.
A veces me dan ganas de volver a bailar. Lo más raro es que desde que terminé y me vine a estudiar acá, no volví a bailar nunca más.
Creo que me lo estoy reservando para cuando realmente necesite devolverle la alegría a mi vida.
Comments
vamoooooooooooooos eh!
in your dreams Marina!!!
Y en mi casa cuando estoy sola le bailoteo un poco al espejo tambien.
Ahora, lo de las clases en NY no lo tenía!
Qué top!!
Si muero por ponerme los zapatos de nuevo y volver a clackear!!!
Jajaja
Mis vecinos estarian felices!
Estaria buenisimo que vuelvas...
besos