Principios básicos. Tema 1: Contractualismo

Luego de varias charlas con diferentes personas, legos o no. Luego de enfermarme con las noticias y los comentarios en los diarios en Internet (algo que opino debe suprimirse por la salud mental de todos).

He comprendido que hay determinados conceptos básicos que no todos manejan (aunque no son nada del otro mundo), pero que sirven de base para entender muchas cosas.

Como el contractualismo.

El contractualismo es una corriente de filosofía política que, para ser breves, sostiene que las sociedades celebran un contrato mediante el cual acuerdan entregar el poder de policía a un soberano (el pueblo, o el monarca, dependiendo de la corriente) que lo ejercerá en nombre de todos y de acuerdo a lo pactado.

La pregunta obvia es ¿por qué otorgar el poder de policía a un tercero?

La necesidad de entregar a otro el poder de decirnos lo que tenemos que hacer es básicamente la necesidad de superar el denominado estado de natulareza.


¿Qué es el estado de naturaleza?

Es la etapa anterior a la civilización, es el "todos contra todos" como lo refieren los autores contractualistas.

Simple, si me robás, te mato. Algo que hoy en día escuchamos y vemos bastante, más de lo necesario para mi gusto.

Para el contractualismo, los seres humanos son originalmente inteligentes e intrínsecamente malos, por lo que entienden que si todos los demás son iguales, nada les garantiza la supervivencia en el estado de naturaleza. Ni la propiedad, que siempre juega un papel importantísimo en estos temas.

De esta forma, haciendo el pacto y superando el estado de naturaleza, surge el estado que se ordena por virtud del mismo pacto.

No todos los pensadores del contractualismo opinan que la mejor forma de gobierno es la democracia, ni mucho menos, pero en lo que sí coinciden es en la indestructtibilidad del contrato social, y en la obligación de respetarlo, por todas las partes, los que entregan el poder y los que lo reciben.

La clave está en que el poder es entregado por los individuos al soberano para que lo ejerza tal como se le ordena. Entonces, el sistema es cíclico y cierra perfecto.

Desde ya que, como toda corriente doctrinaria, el contractualismo surgió debido a determinados factores sociales (revoluciones, la Ilustración, etc.) que hicieron a los pensadores buscar la justificación del poder político en cuestiones no relacionadas con lo religioso o lo natural, sino con algo más tangible y en mano de todos, como un contrato.

Y esta justificación es, desde ya, la que más nos gusta a nosotros los abogados.

Básicamente éso es el contrato social. Un pacto que todos celebramos mutuamente, por el que damos el poder a un soberano, para que lo utilice en nuestro nombre y de acuerdo a nuestras órdenes, y nos garantice seguridad y supervivencia.

¿Por qué es importante esto? Porque sobre esta base está concebido nuestro estado democrático moderno.

Por ejemplo, nuestra constitución nacional es contractualismo puro.

Creo que una vez que lo veamos con estos ojos, que veamos que no es mejor prescindir del contrato, entenderemos que nunca es mejor matar al que mata, cortar las manos al que roba, castrar al que viola, etc.

Ese día entenderemos que es más inteligente que el poder de policía esté centralizado en un soberano y no que lo ejerzamos todos contra todos.

En la próxima entrega veremos qué sucede cuando alguien viola el contrato social, tanto el soberano como los individuos, lo cual no es moco de pavo.

Para finalizar les dejo la imagen de la portada del libro de Thomas Hobbes llamado el Leviathán, muy gráfica respecto a quienes integran el soberano (que es el Leviathán), único autorizado para detentar el poder.



Esta imagen me sirvió mucho cuando estudiaba ciencia política en el CBC. Véase que el torso del Leviathán está formado por hombrecitos que son los integrantes de la sociedad.

Saludos y espero haber sido clara.

Comments

LAA said…
Muy bueno tu comentario, pero me quedan algunas dudas ejemplo: como se puede hacer entender en la Argentina lo que es un contrato social. Como en democracia (la nuestra) se entiende los cambios de postura de políticos que adhieren en un momento al contrato ganador y luego se cambian. Como podrás ver nuestro país es atípico y no respeta lo establecido por las ciencias política. Buen tema para el debate.
FlorA said…
Si bueno, pasa que esta gente no entra en ningún esquema!!!

Hay cuestiones que no tienen que ver con el contrato social, sino más bien con el sistema de partidos, y eso es tema para otro post.

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